Investigadores del CENIEH publican en la revista Quaternary International un trabajo en el que se estudian las relaciones alimentarias en una comunidad biológica, esto es “quién se come a quién”, y cómo se canalizan los flujos de energía entre presa y predador, donde los humanos eran un elemento clave
Jesús Rodríguez y Ana Mateos, investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en colaboración con el investigador del IPHES Sergi Lozano, han publicado un trabajo en la revista Quaternary International que analiza por primera vez la arquitectura de las redes tróficas terrestres del Pleistoceno de Europa, en las que los humanos eran un elemento clave.
Las redes tróficas son representaciones gráficas de las relaciones alimentarias en una comunidad biológica o, dicho más sencillamente, un esquema que muestra “quién se come a quien”.
En el trabajo se ha aplicado una metodología muy habitual en el estudio de redes tróficas actuales, pero muy poco utilizada en paleontología. Los autores han reconstruido las interacciones entre las diferentes especies de grandes mamíferos en 27 redes tróficas de entre 2,5 millones y 500 mil años de antigüedad, ocho de las cuales incluían a los humanos. A partir de estas reconstrucciones se han medido diferentes parámetros que describen la estructura y funcionamiento de la red.
Los resultados muestran que las redes del Pleistoceno compartían las características básicas de las redes actuales, como el número de interacciones entre las especies o por especie, pero también que presentaban algunas características distintivas. “Una muy clara es la ‘Conectancia’, que mide el número de conexiones en la red respecto al máximo teórico, es decir, si hay más o menos interacciones por especie. En el Pleistoceno el número de interacciones era mayor, pero interpretamos que esto se debe al mayor número de especies carroñeras en el ecosistema”, afirma Jesús Rodríguez.
Los autores de este trabajo titulado “Exploring paleo food-webs in the European Early and Middle Pleistocene: A network analysis” concluyen que, en las redes en las que estaban presentes, los humanos eran un elemento clave en la canalización de los flujos de energía dentro de la red. “Los homínidos estaban conectados a muchas especies como predador, carroñero o presa, por eso ocupaban un lugar central en la red y muchas de las ‘rutas’ por las que fluía la energía en la red pasaban por ellos”, explica Jesús Rodríguez