El grupo de Paleoneurología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), liderado por Emiliano Bruner, acaba de publicar un estudio en la revista Anatomical Record sobre las huellas vasculares en el cráneo humano, en el que se han estudiado mediante tomografía computarizada las impresiones que arterias y venas dejan en el hueso parietal.
El estudio describe las variaciones de tamaño y de proporciones en las ramas de los principales sistemas sanguíneos del hueso más grande de nuestra bóveda, es decir el hueso parietal, analizando las huellas de la artería meníngea media y de las venas diplóicas. Para ello se han utilizado datos de tomografía computarizada, lo que ha permitido detectar los vasos sanguíneos de hasta un diámetro de 0,4 mm.
“No hemos encontrado una relación entre el tamaño o el grosor del hueso y el tamaño de los vasos, concluyendo que el sistema vascular y el sistema craneal responden a factores distintos e independientes”, afirma Emiliano Bruner.
La importancia de este estudio radica en que el flujo sanguíneo endocraneal es esencial no solamente para la oxigenación del cerebro, sino también para su regulación térmica. “Y la información sobre la anatomía de los principales sistemas vasculares del cráneo y del cerebro sigue siendo escasa, a pesar de su relevancia tanto en el campo evolutivo como el campo médico”, indica Bruner.
Este estudio titulado Parietal bone thickness and vascular diameters in adult modern humans: a survey on cranial remains se publica dentro del marco de un proyecto financiado por la fundación Wenner-Gren con el título Cranial anatomy, anthropology, and the vascular system.
El mismo equipo ha publicado a principio de este año otro artículo en la revista American Journal of Physical Anthropology, sobre el estudio tomográfico de los canales diplóicos en los humanos modernos y en los neandertales, en el que se ha presentado un protocolo de identificación y reconstrucción de estos canales vasculares.