Científicos del CENIEH publican un artículo en el que, mediante simulaciones por computación, analizan el efecto de las extinciones y apariciones de grandes carnívoros de la península ibérica sobre las oportunidades de carroñeo para los homínidos
Ana Mateos y Jesús Rodríguez, científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), han publicado en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology un artículo en el que demuestran que la carroña de grandes herbívoros, un recurso antes abundante y asequible para los homínidos, se hizo más escaso a finales de Pleistoceno inferior debido a las cambios en la fauna ibérica.
Los homínidos llegaron a la península ibérica hace 1,4 millones de años, donde encontraron una amplia variedad de recursos alimenticios, entre ellos, una gran abundancia de carcasas de grandes herbívoros parcialmente consumidas por una diversidad de predadores, entre los que destacaban dos especies de tigres de dientes de sable (Homotherium latidens y Megantereon whitei).
En esos ecosistemas, se encontraron también con un poderoso competidor, la hiena gigante (Pachycrocuta brevirostris). Sin embargo, como demostraron los autores en un trabajo anterior, la riqueza de alimento y la diversidad de los ecosistemas de ese periodo hizo posible la coexistencia de homínidos y hienas gigantes en competencia por la carroña.
No obstante, hace aproximadamente un millón de años se produjeron importantes cambios climáticos que reestructuraron los ecosistemas de toda Europa. En la península ibérica, la fauna de grandes mamíferos sufrió la extinción de varias especies, entre ellas, la hiena gigante y uno de los tigres de dientes de sable (Megantereon whitei), que condujo a una menor disposición de carroña.
Simulaciones virtuales
Los científicos han empleado un modelo computacional que permite realizar experimentos que simulan el comportamiento de hienas y homínidos compitiendo por la carroña en un entorno virtual. Cada experimento representa un escenario ecológico distinto, definido por las especies de predadores presentes, la productividad del ecosistema y la competencia por la carroña con otras especies como buitres o pequeños carnívoros.
“Las hienas gigantes y los homínidos podían coexistir compitiendo por la carroña antes de la extinción del tigre de dientes de sable Megantereon y otros predadores, como los licaones y los pumas. Sin embargo, tras la desaparición de esos predadores la carroña se hizo más escasa. Esto coincide con la extinción de la hiena gigante”, explica Ana Mateos.
Según los resultados de los experimentos, entre los factores claves que determinaron esos cambios en la disponibilidad de carroña se encontrarían la baja productividad de los ecosistemas durante los episodios muy fríos de ese periodo, una alta competencia con otros carroñeros diferentes de la hiena gigante y el probable comportamiento social del otro gran tigre de dientes de sable (H. latidens).
A diferencia de las hienas, que dependerían exclusivamente de las carcasas de grandes herbívoros para alimentarse, los homínidos tendrían un comportamiento trófico mucho más flexible, pudiendo explotar también recursos vegetales como frutos, bayas, o raíces, cazar pequeños animales e, incluso, matar animales más grandes.
“Esa mayor flexibilidad para obtener alimentos les habría permitido sobrevivir y adaptarse a las nuevas condiciones ecológicas imperantes tras los cambios en el clima y la fauna hace un millón de años”, aclara Jesús Rodríguez.
En este artículo han participado además del CENIEH, Ericson Hoelzchen, científico del German Research Center for Artificial Intelligence (DFKI), de la Universidad de Trier (Cognitive Social Simulation Lab), en el marco del Proyecto TROPHIc (PID2019-105101GB-I00, MCIN/AEI/ 10.13039/501100011033).