El CENIEH participa en el hallazgo de ocupaciones humanas en dos yacimientos de Sudáfrica

El estudio geocronológico, micromorfológico y arqueométrico de los yacimientos de Damvlei y de Lovedale ha permitido entender mejor la actividad humana en el centro de Sudáfrica durante el Pleistoceno y el Holoceno

Michael Toffolo, investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), participa en dos artículos publicados en la revista South African Archaeological Bulletin sobre los yacimientos de Damvlei y de Lovedale, situados en la provincia de Free State de Sudáfrica, que ayudan a entender mejor las ocupaciones humanas en el centro de Sudáfrica durante el Pleistoceno y el Holoceno. En ambos artículos han colaborado los laboratorios de Resonancia paramagnética electrónicaLáminas delgadasArqueometría del CENIEH.

El primer artículo, sobre el yacimiento Damvlei, situado a orillas del río Modder, respalda un escenario de presencia humana permanente en los pastizales interiores del centro de Sudáfrica durante el Holoceno, en el periodo conocido como LSA (Late Stone Age). Además, llega a la conclusión de que la ocupación al final del Pleistoceno superior podría haber sido solo efímera y limitada a lo largo de los ríos, como el Modder, mientras que la presencia permanente estaría confinada a las tierras altas mejor abastecidas de agua.

La combinación de métodos, como la micromorfología, la espectroscopia infrarroja, el análisis de fitolitos, el estudio de restos faunísticos y de herramientas líticas, han proporcionado datos sobre la vegetación, el clima, la fauna y la cronología del yacimiento. Estos análisis demuestran que Damvlei era un entorno de pastizales abiertos caracterizado por condiciones relativamente más húmedas en el Holoceno inferior y condiciones más secas en el Holoceno medio y superior.

Los laboratorios de Resonancia paramagnética electrónica, Láminas delgadas y Arqueometría del CENIEH han colaborado el estudio de estos yacimientos

“Gracias a este enfoque micro-arqueológico, hemos podido reconstruir los procesos de formación de este yacimiento, lo que nos ha permitido tener una visión más completa del final del Pleistoceno y del Holoceno en esta región”, explica Michael Toffolo, quien ha participado en estos artículos en el marco de su proyecto como Ramón y Cajal 2021: The evolution of Homo sapiens in southern Africa during the Middle and Late Pleistocene

En este contexto, la ocupación humana tuvo lugar cerca de la orilla del río, muy probablemente como una serie de visitas de corta duración aprovechando las superficies que quedaban al descubierto cerca del agua. La presencia de herramientas fabricadas en piedra de hierro bandeado, una roca cuya fuente más cercana se encuentra en las colinas de Kuruman, a 230 km al noroeste del yacimiento, respalda la interpretación de que estos grupos tenían redes sociales extensas.

Yacimiento de Lovedale

El segundo artículo se centra en el yacimiento de Lovedale, situado a solo 1,5 km de Damvlei, en el que se han analizado muestras de esmalte dental de antílope con el fin de confirmar la cronología de la secuencia del yacimiento.

Las nuevas dataciones, realizadas mediante el método de Resonancia Paramagnética Electrónica con series de uranio (ESR/U-series), indican que los fósiles tienen una edad mínima de 64.000 años, lo que coincide con la cronología establecida anteriormente mediante datación por Luminiscencia (OSL) de sedimento y ESR/U-series en muestras dentales de pequeños antílopes, que sitúa su antigüedad en torno a los 56.000 - 77.000 años.

Las muestras de esmalte se han caracterizado con el método de espectroscopia infrarroja de transformada de Fourier (FTIR). Su uso aporta una correlación entre el estado de conservación del esmalte y su contenido en uranio, siendo los dientes peor conservados los más ricos en uranio, que se incorpora durante el enterramiento en el sedimento. 

Por tanto, el análisis de espectroscopia FTIR es un método de cribado para la selección de dientes con el fin de excluir los menos conservados y aumentar la precisión de las dataciones. “Esto supone una importante mejora en el método de datación y su exactitud, así como también supone una mejor comprensión del proceso que afecta a la perdida de uranio durante el tiempo que permanecen los restos enterrados”, señala Toffolo.