El CENIEH colabora en un estudio sobre cómo eran las cavidades de la sierra de Atapuerca antes de que fueran visitadas por los grupos humano, reconstruyendo los procesos que sucedían en las cavidades de Galería y Gran Dolina cuando estaban cerradas y eran inundadas por las filtraciones de las aguas del río Arlanzón
Científicos y técnicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) han colaborado en un estudio publicado en la revista Geomorphology sobre los procesos que ocurrían en las cuevas de Galería y Gran Dolina cuando estaban cerradas, antes de la entrada de los grupos humanos y la fauna que habitaba el ecosistema de la Sierra de Atapuerca (Burgos).
Los resultados indican que hace alrededor de un millón de años estas cavidades eran inundadas periódicamente por crecidas del río Arlanzón dejando progresivamente capas de arenas y arcillas, hasta que cambios climáticos provocaron que el río excavara el valle a niveles más profundos y las aguas se retiraran de las cavidades.
El trabajo se ha basado en la aplicación de métodos estratigráficos y sedimentológicos, que han permitido analizar en detalle cada capa de sedimento, en la parte inferior del yacimiento del Complejo Galería, especialmente en la Covacha de Zarpazos que se han comparado con depósitos similares situados en la base del yacimiento de Gran Dolina.
En concreto, se han usado técnicas disponibles en los laboratorios de Cartografía y Análisis 3D, Arqueometría y Geología del CENIEH, para conocer la distribución 3D de las unidades estratigráficas, su composición mineralógica y química, y el tamaño y forma de las partículas sedimentarias.
“Estos análisis nos han permitido conocer cómo era la cavidad que visitaron los primeros grupos humanos, así como identificar procesos de lavado y transformaciones geoquímicas que podrían afectar a la estimación de la antigüedad de los sedimentos y las unidades arqueológicas”, comenta el geólogo del CENIEH Alfonso Benito Calvo.
Liderado por Isidoro Campaña de la Universidad de Málaga, junto con los integrantes del CENIEH, este estudio también ha contado con aportaciones desde otras instituciones como la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona o el Instituto de Evolución en África de Madrid.