Esta cueva alberga una extensa secuencia de ocupación humana que abarca prácticamente los últimos 50.000 años, desde un musteriese final hasta época romana. Las excavaciones iniciales, llevadas a cabo desde finales de los años 70 hasta la década de los 90, documentaron diversos niveles, entre los que destaca la ocupación magdaleniense, especialmente conocida por su rica y diversa colección de arte mueble. 

 La nueva intervención en el yacimiento se enfoca en los niveles musterienses y de transición al Paleolítico superior, con el propósito de analizar los procesos culturales y tecnológicos de las últimas poblaciones neandertales en la región. Paralelamente, se están realizando análisis sedimentológicos y paleoambientales con el fin de investigar los procesos de formación del registro y reconstruir las condiciones ambientales del entorno durante los diferentes periodos de ocupación. Las excavaciones están cofinanciadas por el ayuntamiento de Ultzama y Gobierno de Navarra, contando también con la ayuda del concejo de Arraitz-Orkin.