Leakey Foundation genus Homo evolution

Una creencia muy arraigada es que África es el lugar de nacimiento de la mayoría de especies homininas. Sin embargo, estudios recientes sugieren que, durante los dos últimos millones de años, Asia no solo debería considerarse el fin evolutivo, sino también la cuna de estas especies. Este proyecto se propone estudiar la importancia del continente euroasiático en la historia de la reconstrucción del género Homo a través del análisis de fósiles homininos, con especial interés en la mayor muestra dental fósil humana jamás encontrada. Los dientes son ideales debido a su ubicuidad y a su gran afinidad con el parentesco genético. Inferiremos las relaciones entre homininos y las contextualizaremos en un marco ambiental/climático para poner a prueba los escenarios evolutivos.

Tradicionalmente se asume que la historia de las poblaciones humanas de Eurasia fue el resultado de unas pocas dispersiones de alto impacto provenientes de África. Sin embargo, descubrimientos recientes sugieren que la evolución en Eurasia, durante gran parte del último millón de años fue, en gran medida, independiente a la de África, y que no todas las especies del género Homo nacieron necesariamente en esta última. Las similitudes encontradas entre los homininos de Europa y Asia añaden importancia a la hipótesis de un origen asiático de los primeros humanos de Europa.

En particular, la especie Homo antecessor del yacimiento de Gran Dolina-TD6 (Atapuerca, España) ha sido descrito como el último antepasado común de los humanos modernos y los neandertales basándose en la pronta manifestación de una combinación única de rasgos. Sin embargo, esta combinación también puede estar presente en algunos fósiles chinos (Yunxian y Nanjing), lo que arroja luz sobre un posible origen euroasiático del último ancestro común. Además, los datos más recientes sobre paleogenética retrotraen la separación de neandertales y humanos modernos hasta hace unos 550 000 y 765 000 años, lo que nos obliga a volver a estudiar Homo antecessor con una nueva luz. Es más, los "homininos arcaicos", como Dali o Maba, podrían ser la "versión arcaica" de preneandertales en Europa. En este caso, la comparación con la muestra de Sima de los Huesos de Atapuerca, que representa más del 80 % de los registros del Pleistoceno medio de todo el mundo en cuanto al género Homo, sería fundamental para estudiar las conexiones entre Este y Oeste en esta época. Por último, nuestro descubrimiento de Homo sapiens más antiguo jamás encontrado en China, pone en duda el tiempo de las hipótesis recientes de África y revela un episodio totalmente desconocido en el pasado de nuestras especies.

Otra cuestión importante es que es posible que la variedad de homininos asiáticos podría haberse simplificado en extremo bajo el amplio término de Homo erectus. El descubrimiento de los misteriosos denisovanos (Siberia), definidos a partir de la secuencia de su genoma, pero cuyas pruebas anatómicas se limitan a unos pocos dientes, nos advierte de la necesidad de revaluar el registro fósil, ya que es posible que hayamos pasado por alto algunos de esos denisovanos. La proximidad genética entre denisovanos y las muestras de la Sima de los Huesos sería otra prueba de interacciones "dentro" del continente y no necesariamente "entre" continentes.

Por tanto, aunque es posible que los primeros pasos de la humanidad se hayan dado en África hace cuatro millones de años, parece que el origen y la evolución de las especies del género Homo no tienen lugar en África de forma exclusiva. Este cambio de paradigma requiere una exploración profunda de las muestras adecuadas y con los métodos adecuados. El proyecto tiene el objetivo de estudiar la variabilidad del registro fósil de homininos del Pleistoceno. Mediante la combinación de las pruebas fósiles y el contexto biogeográfico, esperamos arrojar algo de luz sobre la taxonomía y la filogenia del género Homo, así como sobre el contexto evolutivo de estos grupos.