Nuevo estudio sobre la variabilidad neuroanatómica del precúneo

El paleoneurólogo Emiliano Bruner, investigador del Centro Nacional de Investigación del CENIEH, acaba de publicar en la revista Neuroscience, con la colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad Complutense de Madrid, un nuevo artículo sobre la neuroanatomía de las áreas parietales, en concreto sobre la superficie cortical del precúneo, cuyos resultados evidencian que su marcada variabilidad neuroanatómica entre los adultos se debe a un aumento de su volumen, y no solo a un cambio de sus proporciones. En particular, se demuestra que las diferencias entre los individuos están asociadas a variaciones de la superficie de la corteza cerebral.

En este artículo, los investigadores también han considerado las posibles correlaciones entre estos cambios anatómicos y variables cognitivas que se utilizan en neuropsicología para cuantificar funciones como inteligencia, capacidad verbal, atención, o memoria de trabajo. “Curiosamente estas variaciones tan evidentes del volumen del precúneo no se asocian a ningún factor psicométrico estándar”, afirma Emiliano Bruner.

Probablemente esto se debe a la importancia que tiene el precúneo en la red neuronal por defecto (default mode network), un sistema fundamental en la coordinación basal del cerebro que solo se activa cuando el cerebro no está involucrado en actividades específicas. Por tanto, estas funciones son muy difíciles de analizar con test psicométricos que, generalmente, se basan en tareas mentales determinadas.

El precúneo ha recibido considerable atención en la última década, debido a sus funciones cognitivas, pero también a su participación en los procesos neurodegenerativos. En en estudios precedentes del mismo equipo habían evidenciado que las áreas parietales profundas podrían estar involucradas en la evolución del cerebro moderno, además de representar un rasgo extremadamente variable entre los adultos de nuestra especie, y de estar implicadas en etapas tempranas de la enfermedad de Alzheimer.

“La siguiente etapa consistirá en intentar averiguar qué tipo de cambios celulares se esconden detrás de este aumento de la superficie de la corteza parietal”, concluye Bruner.