La red fluvial de la Cuenca del Ebro se inició hace más de 1 millón de años

Un equipo de investigación español publica un trabajo puntero en Quaternary Geochronology con las primeras dataciones numéricas para las terrazas fluviales más antiguas del río Alcanadre, en Huesca

Un equipo de investigación liderado por Mathieu Duval, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) en Burgos, y Carlos Sancho, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza, acaba de publicar en la revista científica Quaternary Geochronology un trabajo de datación numérica de las terrazas fluviales más antiguas del río Alcanadre, situado en la Cuenca del Ebro, en la provincia de Huesca.

Es la primera vez que se datan archivos fluviales tan antiguos en esta zona de la Península Ibérica. Los resultados obtenidos permiten situarlos dentro del Pleistoceno inferior, es decir, con una antigüedad mínima de 800 000 años. Además, demuestran que el desarrollo y jerarquización de la red fluvial que conocemos hoy en día en la Cuenca del Ebro se inició por lo menos hace 1,3 millones de años.

Las terrazas fluviales son archivos morfosedimentarios continentales muy importantes que pueden proporcionar información clave para mejorar nuestra comprensión de las fluctuaciones paleoclimáticas y paleogeográficas a nivel regional durante el Cuaternario (últimos 2,6 Millones de años).

Datación mediante Resonancia Paramagnética Electrónica
Estas terrazas fluviales constituyen unas de las primeras evidencias significativas de procesos fluviales en la cuenca del Ebro después de su apertura hacia el Mar Mediterráneo a finales del Terciario.

Para conseguir resultados, los autores del trabajo emplearon el método de datación por Resonancia Paramagnética Electrónica, (más conocido por su nombre inglés Electron Spin Resonance, ESR), aplicado a granos de cuarzo ópticamente blanqueados, según un enfoque novedoso basado en la combinación de varias señales ESR medidas simultáneamente en una misma muestra.

“Estos resultados no sólo proporcionan informaciones cronológicas claves sobre la evolución de la Cuenca del Ebro durante el Cuaternario, sino que abren también nuevas perspectivas futuras en cuanto al uso de esta metodología novedosa en otras cuencas de la Península Ibérica”, afirma Mathieu Duval.