Cerebro, forma y fósiles

Emiliano Bruner publica un artículo sobre la forma cerebral en la evolución humana en el que se revisa la relación evolutiva entre los humanos y el resto de los primates,  así como los métodos más recientes para comparar las principales variaciones entre cerebro y cráneo

Emiliano Bruner, paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) acaba de publicar un artículo de perspectiva en la revista Journal of Comparative Neurology, sobre el estudio de la forma cerebral en la evolución humana, en el que se considera la relación evolutiva entre los humanos y el resto de los primates.

Macacos o chimpancés se usan como sustitutos de las condiciones ancestrales humanas, a pesar de ser linajes divergentes y especializados

La neuroanatomía evolutiva debe integrar dos fuentes de información diferentes: fósiles y de especies vivas. Los fósiles suministran datos sobre el proceso de evolución, mientras que las especies vivas lo hacen sobre el producto de la evolución. Desafortunadamente, el registro fósil es parcial y fragmentado, y con frecuencia no puede respaldar validaciones para hipótesis evolutivas específicas. Las especies actuales pueden proporcionar indicaciones más completas, pero no representan grupos ancestrales o formas primitivas.

En concreto, en este artículo se revisan las limitaciones en los estudios de neuroanatomía evolutiva y las diferentes aportaciones de los análisis sobre primates actuales y homínidos extintos. Por ejemplo, Los grandes simios todavía se interpretan como modelos biológicos primitivos, aunque son especies evolucionadas e independientes del camino evolutivo del género humano. “Los macacos o chimpancés se usan frecuentemente como sustitutos de las condiciones ancestrales humanas, a pesar de ser linajes divergentes y especializados, con sus propias características biológicas”, afirma Emiliano Bruner.

En cuanto a los fósiles pueden aportan informaciones más directas sobre el proceso evolutivo, pero las limitaciones de las muestras no permiten a menudo una valoración científica de las hipótesis, generando excesivas especulaciones. En este sentido, como explica Bruner, “los linajes independientes, como los neandertales, no deben confundirse con las etapas humanas ancestrales modernas”.

Moldes endocraneales

El artículo introduce además los métodos más recientes de análisis geométrico computarizado y de imágenes biomédicas, describiendo las principales variaciones de cerebros y moldes endocraneales  en los humanos actuales y en los homínidos extintos, así como la relación espacial entre cerebro y cráneo en el género humano.

Finalmente, plantea la integración de las informaciones anatómicas y culturales con los conocimientos en neurobiología para formular hipótesis sobre evolución cognitiva. Un ejemplo sería la evolución de la corteza parietal y de sus esquemas de conexiones cerebrales.

Este artículo, titulado Human paleoneurology: shaping cortical evolution in fossil hominids se ha publicado en un volumen dedicado a la evolución de la corteza cerebral, editado por Verónica Martínez-Cerdeño y Stephen Noctor, de la Universidad de California en Davis (EE.UU.).