Los humanos no tienen lóbulos temporales muy grandes comparados con otros primates

El CENIEH participa en un estudio que contradice la hipótesis de que la especie Homo sapiens tiene lóbulos temporales relativamente más grandes que los demás primates antropoideos, grupo que incluye monos y simios antropomorfos.  

Hasta la fecha, se consideraba que la especie Homo sapiens tenía lóbulos temporales relativamente más grandes que los demás primates antropoideos, grupo que incluye monos y simios antropomorfos. Un estudio en el que participa Emiliano Bruner, paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), contradice dicha hipótesis.

Este estudio, que se acaba de publicar en la revista American Journal of Biological Anthropology, sugiere que nuestros lóbulos temporales tienen el volumen esperado por el tamaño de nuestro cerebro, según los esquemas de proporciones compartidos con el resto del grupo zoológico de los primates.

Este resultado, diferente de los que se publicaron hace 20 años sobre este mismo tema, se debe probablemente a una ampliación de la muestra de referencia (el número de especies y de especímenes analizado), a las nuevas tecnologías de anatomía digital y al perfeccionamiento de las técnicas estadísticas.

“El volumen general de una vasta región cortical como el lóbulo temporal no es muy informativo de lo que pasa en realidad a sus muchos y diversos elementos anatómicos, pero este estudio es interesante porque rebaja la importancia que se ha otorgado al tamaño temporal en evolución humana”, afirma Bruner.

El lóbulo temporal está implicado en una multitud de funciones cruciales que incluyen la memoria, el lenguaje, las emociones o las dinámicas sociales. “Desde luego la complejidad de la corteza temporal indica que ha sufrido especializaciones importantes en nuestra especie, pero es probable que esto no se pueda valorar sencillamente analizando su volumen general”, señala Bruner.

Este estudio sobre el tamaño de los lóbulos temporales del cerebro en humanos y otros primates ha contado con la colaboración de la Australian National University de Canberra (Australia) y con la Indiana University de Bloomington (EE. UU.).