Detectado un caso de tumor craneal de época romana

El CENIEH publica un estudio sobre un caso de meningioma en un cráneo de época romana. Gracias a la microtomografía computarizada, se han podido obtener cientos de imágenes radiográficas para crear un modelo tridimensional y visualizar en detalle el interior del cráneo.

Un equipo multidisciplinar del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) publica en la revista Virtual Archaeology Review, un artículo sobre un meningioma (tumor craneal) de época romana en la península ibérica. El hallazgo de este cráneo, junto con la presencia de signos de traumatismos craneales en el mismo individuo, aporta nuevos datos sobre la salud de las poblaciones del pasado.

El cráneo fue descubierto durante una expedición espeleológica en la Sima de Marcenejas, ubicada en Lastras de Teza, Burgos, gracias a la colaboración de los grupos espeleológicos Gaem, Takomano, Geoda, Flash y A.E.Get, quienes desempeñaron un papel fundamental en su recuperación. 

Posteriormente, fue trasladado al CENIEH, donde se sometió a un minucioso proceso por el equipo del Laboratorio de Conservación y Restauración. Finalmente, tras estos trabajos, se logró identificar como perteneciente a un individuo masculino adulto que vivió en los últimos siglos del Imperio Romano.

El objetivo principal de esta investigación ha sido comprender las posibles enfermedades que afectaron a esta persona en vida. Para lograrlo, se utilizaron tecnologías de vanguardia, como la microtomografía computarizada (MicroCT), que ha permitido obtener cientos de imágenes radiográficas para crear un modelo tridimensional y visualizar en detalle el interior del cráneo. 

Autopsia virtual

En esencia, la microtomografía computarizada permite llevar a cabo una especie de “autopsia virtual” en el individuo, que reveló la presencia de cuatro lesiones craneales, todas ellas de origen ante mortem, es decir, heridas que presentaban evidencias de procesos de curación, lo que indicaba que estas lesiones se produjeron durante la vida del individuo.

De las cuatro lesiones que se identificaron, tres de ellas se localizan en el exterior del cráneo, y muestran evidencias compatibles con lesiones producidas intencionadamente. Esto se debe a su ubicación en la parte superior de la cabeza, que no es típica en lesiones causadas por accidentes, tales como caídas. 

Además, dos de estas lesiones muestran características consistentes con heridas infligidas por objetos afilados y contundentes. En consecuencia, se plantea la posibilidad de que estas lesiones sean resultado de actos violentos que intentaron acabar con la vida de este individuo. 

Lesión intracraneal 

La cuarta lesión está localizada en el interior del cráneo. Esta lesión se caracteriza por ser una depresión de morfología circular, la cual había eliminado parte del hueso donde se encontraba alojada. 

Tras realizar un estudio de las características de la lesión y una exhaustiva comparativa con diversas patologías, como infecciones, enfermedades metabólicas, genéticas o neoplasias, se llegó a la conclusión de que esta lesión probablemente fue causada por un tumor en el interior del cráneo, un posible meningioma. Este meningioma representa el primer caso de esta afección para estas cronologías en la península ibérica, una región con escasos registros de estos tumores en la antigüedad.

“Lo interesante de este hallazgo es que ofrece una ventana a la salud de las poblaciones del pasado, planteándonos preguntas fundamentales sobre la capacidad de supervivencia de los individuos a estas afecciones y su calidad de vida al sufrir estas enfermedades”, afirma Daniel Rodríguez-Iglesias, primer autor de este artículo.

Modelo 3D virtual e imagen de MicroCT del cráneo de la sima de Marcenejas donde se indica la lesión que corresponde al tumor craneal/Equipo de investigación DEATHREVOL

También han participado en este artículo las investigadoras del CENIEH Ana Pantoja-Pérez y Nohemi Sala, la conservadora-restauradora Pilar Fernández-Colón, y los investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), Manuel Alcaraz-Castaño, y de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Adrián Pablos. 

Este estudio ha sido posible gracias a la financiación del Consejo Europeo de Investigación (ERC-MULTIPALEOIBERIA, n. 805478 y ERC-DEATHREVOL, n. 949330) al Ministerio de Ciencia e Innovación (PID2021-122355NB-C31, PID2021-122355NB-C33) y a la Agencia Estatal de Investigación (RYC2020-029656-I).