El CENIEH participa en una nueva campaña de excavación del yacimiento tanzano Frida Leakey Korongo West, situado en la Garganta de Olduvai, en la que se han recuperado densas acumulaciones de huesos de grandes mamíferos, como el hipopótamo, dispuestos entre las herramientas líticas que fabricó y utilizó Homo erectus
En estos primeros meses del año se han llevado a una nueva campaña de excavación en el yacimiento Frida Leakey Korongo West (FLKW) situado en la Garganta de Olduvai, (Tanzania), donde hace de 1’5 millones de años convivía Homo erectus con grandes mamíferos como el hipopótamo, del que se han encontrado abundantes restos con numerosas trazas de descarnado, prueba evidente de que fueron consumidos por los homininos.
En esta campaña, en la que ha participado el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), se ha abierto una amplia superficie (20 m2), para profundizar en detalle sobre las actividades que H. erectus desarrollaba en estos paisajes, antiguamente dominados por llanuras de ríos y lagunas someras, como ponen en evidencia los trabajos llevados por el geólogo del CENIEH Alfonso Benito Calvo.
“Hemos realizado un estudio estratigráfico sedimentológico de los depósitos donde se encuentra FLKW para comprender la evolución de procesos que dieron lugar a este yacimiento y reconstruir como era el entorno, en especial la dinámica fluvial, ya que el paisaje estaba caracterizado por ríos que drenaban una llanura donde habitaban los homininos”, comenta Benito Calvo.
Recursos cárnicos
El estudio del registro arqueológico descubierto durante la campaña 2019, junto con los abundantes restos de hipopótamo recuperados, permitirán conocer cómo los homininos obtenían estos recursos cárnicos: bien a través de un enfrentamiento directo con estos agresivos animales (que actualmente causan alrededor de 3.000 muertos al año), o bien de un modo menos épico, mediante el carroñeo de las carcasas de hipopótamos encontrados muertos.
En cualquiera de los dos casos, la carne aportaría las proteínas básicas y necesarias para el mantenimiento del grupo y, sobre todo, para el desarrollo del cerebro, ya que con el H. erectus era un hominino con capacidad cerebral significativa, de aproximadamente 1.000 centímetros cúbicos de volumen.
Se han encontrado también evidencias de que estos homininos explotaron materia prima del entorno, para tallar las herramientas que usaron para descarnar los animales, caracterizadas por filos suficientemente cortantes como para descarnar las masas musculares de estos imponentes animales.
En esta campaña además del CENIEH han participado: la Universitat Autónoma de Barcelona, el Institute of Archaeology de la University College London (UCL), Indiana University, Tanzanian Antiquities y la Fundación Palarq.