El CENIEH participa en un proyecto internacional en la Garganta de Oldupai (Tanzania) sobre esta especie que prosperó en entornos hiperáridos del este de África hace alrededor de un millón de años, demostrando una flexibilidad ecológica mucho mayor de lo que se pensaba
Raquel Hernando, investigadora postdoctoral Juan de la Cierva del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y asociada al proyecto ERC AdG Tied2Teeth, forma parte de un equipo internacional liderado por el Prof. Julio Mercader, de la Universidad de Calgary (Canadá), que ha publicado un artículo en la revista Nature Communications Earth & Environment sobre la especie Homo erectus, que desafía los postulados sobre la adaptabilidad de los primeros homininos.
Este artículo da a conocer los resultados de las nuevas intervenciones realizadas recientemente en el yacimiento de Engaji Nanyori en la Garganta de Oldupai (Tanzania), cinco décadas después del descubrimiento de Homo erectus en este lugar, que han revelado que esta especie prosperó en los climas hiperáridos del este de África hace alrededor de un millón de años, demostrando una flexibilidad ecológica mucho mayor de lo que se pensaba.
Los datos obtenidos en Engaji Nanyori son clave para entender la flexibilidad adaptativa que marcó el éxito de la dispersión de Homo erectus
"Los datos obtenidos en Engaji Nanyori son clave para entender cómo Homo erectus gestionaba recursos en entornos áridos, mostrando una flexibilidad adaptativa que marcó el éxito de su dispersión", señala Raquel Hernando, que ha coordinado los trabajos de excavación en este yacimiento tanzano, en los que se recuperaron los conjuntos faunísticos y de industria, esenciales para reconstruir las estrategias de subsistencia y la dinámica ecológica de estos homínidos.
La investigación llevada a cabo utiliza un enfoque interdisciplinario que incluye análisis biogeoquímicos, moleculares, estudios paleobotánicos y análisis arqueológicos, entre otros, que muestran un ecosistema dominado por matorrales semidesérticos, donde Homo erectus ocupó repetidamente paisajes fluviales para acceder a fuentes de agua y recursos cruciales, adaptándose a condiciones extremas mucho antes de la aparición de nuestra especie, Homo sapiens.
Un proyecto internacional
El proyecto que lidera Julio Mercader en Oldupai reúne disciplinas diversas, incluyendo arqueología, paleoantropología, museología, ciencias sociales y medioambientales, geociencias, biología y conservación. Gracias a este enfoque multidisciplinario, se ha llevado a cabo una evaluación integral de los antiguos entornos y ecosistemas, así como de la dieta y las estrategias de subsistencia de Homo erectus, ofreciendo una visión única sobre su capacidad de adaptación a condiciones extremas.
En esta investigación ha sido crucial la colaboración internacional entre investigadores e investigadoras de 22 instituciones de diferentes países, junto con la valiosa participación de la comunidad masái de la Garganta de Oldupai, y ha sido posible gracias a la financiación del Consejo Canadiense de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades (SSHRC) a través de su programa Partnership Grant.