Nuevos datos sobre Homo antecessor, publicados en la revista PLOS ONE, claves para el reforzamiento de la especie y para conocer mejor la historia evolutiva del género Homo en el último millón de años
Esta mañana, José Mª Bermúdez de Castro ha presentado en rueda de prensa un estudio comparado sobre el crecimiento facial del chico de la Gran Dolina. que se acaba de publicar en PLOS ONE con el título “Facial Morphogenesis of the Earliest Europeans”, en el que ha participado un equipo de investigadores hispano-norteamericanos entre los que se encuentran José Mª Bermúdez de Castro y María Martinón-Torres, del Grupo de Antropología Dental del CENIEH.
Los datos de dicho estudio, basados en la remodelación que sufre el hueso durante el desarrollo, que deja huellas inequívocas de la dinámica del crecimiento de cada elemento óseo, sugieren que la cara del chico de la Gran Dolina, cuyo aspecto moderno había sido utilizado como un carácter diagnóstico de la especie de Homo antecessor, habría seguido desarrollándose como la de Homo sapiens, caso de haber sobrevivido hasta la edad adulta.
La comparación del patrón de crecimiento facial con un individuo de su misma edad dental, pero fallecido en el este de África hace 1,6 millones de años, ha revelado diferencias sustanciales. Aquel hominino africano, conocido como “el chico de Turkana, fue asignado a la especie Homo ergaster y su patrón de remodelado facial responde al modelo primitivo, que los primeros Homo comparten con Australopithecus.
La especie más antigua de Europa
“Ahora podemos afirmar que la cara ‘moderna’ apareció en alguna población humana hace al menos un millón de años y que, por el momento, Homo antecessor sigue siendo la especie más antigua con ese rasgo anatómico tan importante”, ha afirmado Bermúdez de Castro. Su cara “moderna” está en consonancia con su tamaño cerebral, de más de 1.000 centímetros cúbicos, y con su patrón “moderno” de desarrollo dental.
Como ha explicado durante la rueda de prensa, esta nueva investigación se une a otras realizadas previamente por su equipo investigador, y “nos permiten aproximarnos cada vez más a la historia evolutiva del género Homo en el último millón de años, y a la posición filogenética de Homo antecessor.”
Y es que como una de las críticas que recibió la especie Homo antecessor, tras su publicación en la revista Science en 1997, fue que varios de los individuos hallados eran juveniles. “Dicha crítica era discutible, puesto que al menos una especie de gran relevancia en la evolución humana, Australopithecus africanus, fue definida a partir de un individuo infantil”, ha añadido este experto en Antropología dental.
La especie Homo antecessor ganó en credibilidad con la obtención de especímenes de adultos y con el hallazgo de una mandíbula humana en el yacimiento de la Sima del Elefante en 2007. No obstante, quedaba por saber si la morfología moderna de la cara de Homo antecessor, estudiada en el llamado chico de la Gran Dolina, se debía tan sólo a su temprana edad de muerte, unos diez años. Y como ha concluido Bermúdez de Castro “La especie Homo antecessor sale así reforzada con el estudio de su crecimiento facial”.